El Confesionario de Rasputín

Escrito en 8 abril 2021


Por: Francisco Rubén Chávez Osorio

“El más fuerte siempre quiere imponerse a la razón”

Allá por el siglo VI antes de Cristo, existió un escritor de origen griego que desarrolló un género literario llamado “fábula”, consistente en relatos cortos que concluyen con una lección o enseñanza (moraleja), y para el caso concreto Esopo dio vida a sus relatos con animales.

Hoy platicaremos de “Lupus et agnus” (El lobo y el cordero o la oveja), la fábula dice que:

“Un lobo y un cordero cada uno por su lado, fueron a un río a beber agua para calmar su sed. El lobo estaba bebiendo agua en la parte de alta del río, mientras que el cordero bebía agua más abajo. El lobo buscando pretextos para atacar al cordero comienza a decirle lo siguiente, ¿Por qué me enturbias el agua mientras yo bebo?

El cordero responde, preguntándole al lobo, que como él le puede ensuciar el agua si está bebiendo en la parte baja del río.

El lobo no entrando en razón y no escuchando al cordero, le acusa diciéndole que está blasfemando, el cordero en su defensa alega que no ha blasfemado, y que solo quiere beber agua.

Pero el lobo buscando más pretextos para atacar y comerse al cordero, le acusa diciéndole que su padre hace seis meses atrás le había ofendido. El pobre cordero le dice que él en ese tiempo todavía ni había nacido.
Eso no importa – dice el lobo – pagaras la ofensa de tu padre con tu vida, y tras decir eso, el lobo se lanza sobre el cordero y lo devora.

Moraleja

Esta fábula de Esopo sobre dos animales demuestra que cuando las personas malas quieren hacer daño a alguien, de nada sirve la razón ni la verdad.

¡Caray! tan lejana en el tiempo, pero tan tremendo en la realidad ¿no les parece?

Hoy en día vemos tantos casos de gente que ostentando algún cargo público o figura de autoridad, incluso ahora con las campañas políticas muchos aspirantes o candidatos se aferran en una soberbia tal que todo lo que sea ajeno a sus deseos y ambiciones es motivo de descalificación y buscan a toda costa eliminar de tajo lo que pueda evidenciar algún fallo o error en ellos, o en el peor de los casos desenmascararlos frente a los posibles electores.

Hay casos donde los aspirantes o candidatos puedan poseer dinero o determinado control en sus territorios, pero no cuentan precisamente con el aprecio natural de la gente, y que por cierto existe gran diferencia entre respeto, que es algo que se gana y permanece, y otra muy diferente el temor que se impone a través del terror y que algunos logran ejercer en sus pueblos o regiones; pero que como dijera Juanito el alvaradeño “el valiente vive, hasta que le cobarde quiere”

En fin, ¿Cuántos casos ya se han visto de personas que han sido amenazadas, secuestradas o desaparecidas por el solo hecho de manifestar su desacuerdo con determinados personajes, o porque son un “estorbo” en su camino?
¿Cuántos lobos están sueltos por ahí listos para devorar a las ovejas que les incomoden?…

Al respecto hace unos días el gobernador de Veracruz, Cuitlahuac García envió una advertencia a los partidos políticos en el sentido de que no se postule a personajes ligados a grupos delictivos, añadiendo que después no le quieran “echar la bolita”…

Al final del día allá en la casilla, en ese espacio en donde cada ciudadano acude a ejercer su derecho y obligación de votar, es el lugar en donde ocurre la magia de poder cambiar la realidad que el pueblo desee, y debe expresarse con toda libertad y autoridad su voluntad, con un voto es como se elige a un representante popular.

Así que no hay que ser una especie de oveja distraída

Hasta aquí esta entrega estimados amigos.

Nos vemos en el confesionario.


 


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