El 30 de abril de 1916 pidió adelantar los relojes como una medida de ahorrar carbón que serviría en la guerra en vez de usarse en iluminación. Durante este tiempo, la medida fue temporal. En la Segunda Guerra Mundial, se volvió a adoptar el cambio de horario para ser una forma de ahorro de energía.
Así, fue como varios países alrededor del mundo comenzaron a seguir los pasos de las potencias y finalmente se quedó como una medida permanente.
En México, el horario de verano se adoptó en 1996 con el objetivo de ir a la par del horario de Estados Unidos y no afectar el comercio o el turismo. Por lo que tenía que cambiarse dos veces al año.
Retomado de Milenio
JPB