Roberta Jacobson: Frenar la migración “también es tarea de los empresarios”

Escrito en 24 marzo 2021


 

 

Roberta Jacobson no lo duda: no todo puede ser tarea del gobierno. La iniciativa privada debe asumir su parte y responsabilidad para detener la migración ilegal desde México y Centroamérica a Estados Unidos, particularmente mediante la inversión, creación de empleos y “generación de esperanza” en regiones expulsoras de migrantes.

“Eso es algo muy importante”, advierte la enviada especial de la Casa Blanca para Asuntos de la Frontera Sur. “Los proyectos económicos en el sur-sureste de México y en el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) son esenciales para frenar la migración y especialmente para dar una esperanza a las personas a no salir de su país”.

En ese sentido, revela que los gobiernos de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador analizan una serie de paquetes y proyectos económicos encaminados a aminorar la oleada migratoria. ¿En dónde y a cuánto ascienden? No quiere decir. Pero las opciones ya están en la mesa y en las conversaciones bilaterales de ayer estuvo presente la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que mantiene proyectos como Sembrando Vida en El Salvador y Honduras.

“Estamos hablando de muchas cosas y recibimos un tipo de briefing por los mexicanos sobre sus esfuerzos, especialmente en el sur del país. Realmente estuvo lleno de detalles”, desliza.

Jacobson es, con toda probabilidad, la funcionaria estadounidense con mayor conocimiento sobre México. Desde hace dos décadas ha estado vinculada a nuestro país de una u otra forma y conoce a todas sus élites políticas y económicas. Poco después de reunirse con el canciller Marcelo Ebrard para discutir la situación en las fronteras norte y sur, encuentro que califica de provechoso. Se le ve satisfecha.

Al cuestionamiento de si habrá otra vez campamentos de migrantes en México, responde tajante: “No”.

A otra duda, sobre si se negoció un mayor control migratorio a cambio de vacunas, también responde en negativo.

“No es un quid pro quo”, dice, en alusión a la idea de que el presidente Biden exigió el despliegue de fuerzas federales en Chiapas a cambio de miles de dosis de Astra Zeneca. La migración y las vacunas, recalca, “son cosas que van en carriles separados”.

La entrevista es la primera para un medio mexicano desde que la embajadora asumió uno de los cargos más estratégicos en el gobierno de Estados Unidos dentro del todopoderoso Consejo de Seguridad Nacional, un órgano de inteligencia que le habla al oído al presidente sobre asuntos de máxima importancia. El peso de Jacobson en Washington no puede descontarse.

“Hacía un año que no venía”, lamenta la diplomática. Habla en perfecto español y, modesta, niega ser la voz más autorizada sobre México que tiene la comunidad de seguridad nacional de Estados Unidos: “Si vives suficiente, te haces experto”, bromea.

En tono más serio, la ex embajadora reconoce que el ambiente que priva entre los dos países es positivo, pero también matiza que “es urgente” que los gobiernos de Biden y López Obrador lleguen a un acuerdo sobre cómo encarar la oleada migratoria pronto.

Aun así, señala que quienes también deben aportar a la solución son los empresarios; sin la iniciativa privada “no vamos a frenar ni romper ese ciclo (el migratorio) y quiero decir que la cooperación, el apoyo del sector privado de todos los países, Estados Unidos, México y el Triángulo del Norte es muy importante”.

Su declaración tiene un trasfondo adicional: se da un día después de que la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, revelara ante asociados de la Cámara Americana de Comercio (Amcham) que hay 200 proyectos en el sur-sureste de México a los que se quiere invitar a invertir al sector privado estadounidense, particularmente alrededor de megaproyectos como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el corredor transístmico.

En ese contexto, Jacobson admite que “necesitamos ver mucho más compromiso por parte de los sectores privados (…) a crecer este tipo de proyectos”.

Durante la conversación, Jacobson admite además que el principal componente en el flujo humano que está agolpándose en la frontera con Estados Unidos es de mexicanos, no de centroamericanos.

“La verdad es que todavía la mayoría de personas que encontramos en la frontera son mexicanos (…) estamos hablando de un flujo de mexicanos bastante significativo y por eso diría que la colaboración con México en combatir ese problema desde sus raíces, sus causas fundamentales es algo esencial”.

 

 


Fuente:Milenio

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