Demostración de poder

Por Manolo Victorio

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Mal inició la semana para quien ahorcaron el miércoles. El destino de Erik Iván Aguilar López, diputado por Misantla, estaba echado a priori, era ya un fardo que había que empalar, sembrarlo en el camino de la nueva democracia como advertencia para quienes desafíen los mandamientos de la 4ª. T.

Alfredo Corona Lizárraga, fiscal anticorrupción, lo acusa de robarse un cadáver, porque ordenó, por sus pistolas, trasladar el cuerpo de un campesino atropellado en Alto Lucero en diciembre pasado, de las instalaciones del IMSS de Alto Lucero, hasta su domicilio donde los familiares lo velaron…. sin autopsia de rigor.

Los diputados le quitaron al diputado mariachi el ropón legislativo que le daba inmunidad hacia la acción de la justicia y dejarlo en la indefensión legislativa para que la Fiscalía Anticorrupción lo siente en el banquillo de los acusados, señalado de haber ordenado el levantamiento del cuerpo del campesino Delfino Aguilar, atropellado y muerto por un vehículo cuando transitaba en su pueblo, Alto Lucero, a bordo de una motocicleta, el 29 de diciembre de 2020.

«Si caigo yo, es casi irremediable que la oposición veracruzana caiga conmigo», amenazó ante los medios de comunicación el diputado Erik Iván Aguilar López, luego de invocar a la oposición, dirigentes de partidos, senadores veracruzanos, diputados locales y a otros personajes de la vida política del estado.

Pareció un último grito desesperado al saber su destino inmediato, que ya fue decidido. Nadie de los invocados por un moribundo político, respondió.

Y esto es una lección de poder. Una demostración de poder. El poder no se comparte, se ejerce. Los diputados que llegaron al poder montados en la ola de la 4ª. T solamente tienen un préstamo, un comodato para ejercer ese poder, que no se les olvide.

A los legisladores y funcionarios insurrectos que llegaron gracias a la tómbola, modelo de impartición y repartición de puestos políticos, que no hilan 30 palabras continuas, fue un jalón de orejas, un ejemplo de lo que les espera si se salen de los lineamientos de quien manda en el estado de Veracruz.

Nada ha cambiado, el nuevo sistema también castiga, las nuevas instituciones también tienen dientes, códigos ocultos, libros no escritos de conducta política, abecés de conductas públicas enrutadas a no desviarse del ideario morenista de no robar, no mentir, no engañar al pueblo.

Quienes se regodeaban de la elasticidad del poder en Palacio de Gobierno, pueden poner sus barbas a remojar.

La curva de aprendizaje ha terminado.

Había dos sopas: la de fideos y la de jodeus.

La sopa de fideos se terminó.

El inquilino principal de Palacio de Gobierno ha encontrado la llave del salón donde reposaba el poder.

El sistema empieza a salir de su letargo.

 

 

 

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